Tener una mascota en casa, además de responsabilidad, implica una serie de condiciones para que ésta pueda desarrollarse y sentirse cómoda, no sólo por su salud, sino también por la de los propios dueños. La psicóloga Luisa Lemus, terapeuta de familia en el Centro de Atención y Educación Psicológica Iskalti, nos dice qué es lo que debemos tomar en cuenta antes de traer este nuevo integrante a la familia
La presencia de perros, gatos y otros animales de compañía es determinante en el estado de ánimo. Se ha demostrado que tener una mascota es un gran remedio contra la depresión porque su compañía aumenta la sensación de seguridad y protección. “Interactuar con nuestra mascota provoca la liberación de oxitocina, la conocida hormona del amor, generando ennosotros sentimientos como alegría y confianza”, explica la psicóloga Vanessa Moreno.
Aprenden el trato que le tienen que dar a otro ser vivo a través de enseñarles el respeto por alguien más, sus tiempos, hábitos y gustos, ya que la mascota también tiene derecho a dormir, a no querer jugar siempre, y que no debe comer todo el día.
Les ayuda a comprender algunos fenómenos naturales de la vida como: nacimiento, crecimiento, reproducción y la muerte. Con el apoyo de sus papás entenderá estos conceptos como parte del ciclo vital y no como un elemento cultural trágico.
Disminuye el estrés porque cuando tu mascota te recibe con gusto se generan endorfinas en tu cuerpo que te hacen sentir alegre. Incluso, comenta Luisa, se ha encontrado que la respiración de animales domésticos (gato o perro) es muy tranquila y cuando las personas los tocan ambas respiraciones se pueden llegar a sincronizar, lo cual reduce el estrés.
Combaten esa sensación de soledad, ya que se genera un vínculo afectivo, el cual, sobre todo en las personas que viven solas, aumenta el autoestima, les ayuda a sentirse vivas y ocupadas porque tienen una razón más para llegar a casa.
Te mantienen activa porque necesitan salir a caminar y al hacerlo juntos se están ejercitando. Un estudio de la Universidad de Liverpool concluyó que las mujeres embarazadas con perros son más propensas a ser activas que las que no los tienen, es perfecto para quienes necesitan un ejercicio de baja intensidad y evitar el aumento excesivo de peso durante el embarazo.
Pero los beneficios no solamente son emocionales. Tener una mascota puede ayudar a prevenir dolencias físicas como ataques cardíacos, pues al pasearlas varias veces al día las personas están haciendo un ejercicio que los deja menos propensos a sufrir de enfermedades cardiovasculares.
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